martes, 1 de febrero de 2011

FOTOGRAFIAS DE VIOLENCIA A LA MUJER









IMPACTO SOCIAL


IMPACTO SOCIAL

Costos agregados de atención de salud
Los costos a la sociedad de la violencia
contra la mujer son extraordinarios,
considerando solamente la atención de
salud. Una proporción de estos costos son
para tratar las lesiones físicas graves. Una
cantidad sustancial también se gasta en
problemas psicológicos como el manejo de
las ansiedades y los síntomas que las
mujeres más felices y más seguras pueden
tolerar, pasar por alto o encogerse de
hombros.
Un estudio en Estados Unidos reveló que la
atención ambulatoria para las mujeres con
historia de agresión sexual o física costó dos
veces y media más que la atención para otras
mujeres, después de controlar otras
variables.
Los costos directos incluyen los incurridos
por la policía, los tribunales y los servicios
jurídicos para entablar demandas contra los
perpetradores del maltrato; costos de los
programas de tratamiento para los hombres
que golpean y otros agresores; costos de
atención médica para tratar las
consecuencias médicas directas del maltrato
sexual y físico; y costos de los servicios
sociales, como los servicios de protección
del menor.

Efectos sobre la productividad y el empleo
Las mujeres que experimentan violencia
pueden efectuar un menor aporte a la
sociedad así como a la propia realización de
su potencial.
En la encuesta nacional de Canadá sobre la
violencia contra la mujer, 30% de los
incidentes notificados de agresión a las
esposas llevaron a distraer tiempo de las
actividades regulares, y 50% de las mujeres
que fueron lesionadas tomaron licencia por
enfermedad de sus trabajos.
Las mujeres pueden ser además intimidadas
por la violencia de su esposo, lo cual les
impide avanzar en su trabajo.
Una estrategia de desarrollo en Madrás,
India, casi se desintegró cuando las mujeres
empezaron a desertar debido al creciente
número de golpizas de sus esposos, después
que las mujeres habían ingresado al
proyecto.
El impacto económico del maltrato puede
extenderse a una pérdida del
potencial de la mujer de percibir
remuneración. Ello puede deberse en parte a
que las niñas que son víctimas de violencia
tienen probabilidad de padecer de ansiedad o
depresión y ser incapaces de desarrollar su
capacidad plena en la escuela. Debido a su
experiencia de no tener control de su propio
cuerpo, el mundo puede convertirse en un
lugar amenazante donde la mujer evita retos
de todo tipo.
En las zonas en que el maltrato sexual de las
estudiantes de parte de los profesores es
prevalente, las niñas pueden no asistir a la
escuela para escapar de la atención no
deseada. En otros lugares, los padres que
temen que sus hijas sean agredidas
sexualmente pueden mantenerlas en la casa
hasta que se "casen y estén en un marco de
seguridad". En muchos países, una niña que
queda embarazada es expulsada de la
escuela, independientemente de si el
embarazo fue resultado de una violación. La
consecuencia, en cada caso, es una
educación disminuida, una menor
oportunidad de conseguir un empleo
lucrativo y un aporte reducido a la calidad
de vida para su comunidad.

Consecuencias para la salud : "CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS"

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS

Suicidio
En el caso de las mujeres golpeadas o
agredidas sexualmente, el agotamiento
emocional y físico puede conducir al
suicidio. Estas muertes son un testimonio
dramático de la escasez de opciones de que
dispone la mujer para escapar de las
relaciones violentas.
Las investigaciones en Estados Unidos han
indicado que la mujer maltratada,
comparada con la mujer que no vive con
hombres violentos, tiene cinco veces más
probabilidad de suicidarse.

Problemas de salud mental
Las investigaciones indican que las mujeres
maltratadas experimentan enorme
sufrimiento psicológico debido a la
violencia. Muchas están gravemente
deprimidas o ansiosas, mientras otras
muestran síntomas del trastorno de estrés
postraumático. Es posible que estén
fatigadas en forma crónica, pero no pueden
conciliar el sueño; pueden tener pesadillas o
trastornos de los hábitos alimentarios;
recurrir al alcohol y las drogas para disfrazar
su dolor; o aislarse y retraerse.
En un estudio en León, Nicaragua, después
de controlar otros factores, los
investigadores determinaron que las mujeres
que experimentaron maltrato tienen seis
veces más probabilidad de sufrir disturbios
que las mujeres que no sufrieron maltratos.
Igualmente, en los Estados Unidos, las
mujeres maltratadas por su pareja, tienen
entre cuatro y cinco veces más probabilidad
de necesitar tratamiento psiquiátrico que las
mujeres que no sufrieron maltrato.
La violación y el maltrato sexual del niño
puede causar daños psicológicos similares.
Un episodio de agresión sexual puede ser
suficiente para crear efectos negativos
duraderos, especialmente si la niña víctima
no recibe posteriormente apoyo adecuado.
Al igual que la violencia contra la mujer en
el seno familiar, el maltrato del menor suele
durar muchos años y sus efectos debilitantes
pueden hacerse sentir en la vida adulta. Por
ejemplo, la pérdida de autoestima de la
mujer que ha sido maltratada en la niñez
puede traducirse en un mínimo de esfuerzo
para evitar situaciones en que su salud o
seguridad estén en peligro.
Un estudio realizado en Boston, Los
Angeles y San Diego en Estados Unidos,
Ciudad Juárez, México y San Juan, Puerto
Rico, evidenció un importante vínculo entre
la victimización por medio del maltrato
sexual en los primeros años de vida y la
participación en etapas posteriores de la vida
en comportamientos sexuales que colocan a
la mujer en riesgo de contraer el VIH.

Efectos en el niño derivados de haber
presenciado actos de violencia
Las investigaciones han indicado que los
niños que presencian actos de violencia en el
hogar suelen padecer muchos de los
síntomas que tienen los niños que han sido
maltratados física o sexualmente. Las niñas
que presencian a su padre o padrastro
tratando violentamente a su madre tienen
además más probabilidad de aceptar la
violencia como parte normal del matrimonio
que las niñas de hogares no violentos. Los
varones que han presenciado la misma
violencia, por otro lado, tienen mayor
probabilidad de ser violentos con sus
compañeras como adultos.
El estudio de León, en Nicaragua, informó
que los niños que habían presenciado
regularmente cómo sus madres eran
golpeadas o humilladas, comparados con
otros niños, tenían al menos cinco veces más
probabilidades de experimentar graves
dificultades emocionales y de conducta.

Consecuencias para la salud : "CONSECUENCIAS FÍSICAS"


Consecuencias para la salud
La violencia contra la mujer y la niña
aumenta su riesgo de mala salud. Un número
cada vez mayor de estudios que exploran la
violencia y la salud informan
sistemáticamente sobre los efectos
negativos. La verdadera medida de las
consecuencias es difícil de evaluar, sin
embargo, porque los registros médicos
carecen generalmente de detalles vitales en
cuanto a las causas violentas de las lesiones
o la mala salud.
CONSECUENCIAS FÍSICAS
Homicidio
Numerosos estudios informan que la
mayoría de las mujeres que mueren de
homicidio son asesinadas por su compañero
actual o anterior.
Un estudio de 249 expedientes de los
tribunales de Zimbabwe reveló que 59% de
los homicidios de mujeres fueron cometidos
por la pareja de la víctima.
En las culturas en que se practica la
costumbre de la dote, esta puede ser mortal
para la mujer cuyos padres no pueden
satisfacer las demandas de regalos o dinero.
La violencia que comienza con amenazas
puede terminar en "suicidio" forzado,
muerte por lesiones u homicidio.

Lesiones graves
Las lesiones sufridas por las mujeres debido
al maltrato físico y sexual pueden ser
sumamente graves. Muchos incidentes de
agresión dan lugar a lesiones que pueden
variar desde equimosis a fracturas hasta
discapacidades crónicas. Un alto porcentaje
de las lesiones requiere tratamiento médico.
Por ejemplo, en Papua Nueva Guinea, 18%
de todas las mujeres casadas en zonas
urbanas recibieron tratamiento en hospitales
después de episodios de violencia en el
hogar.
Las investigaciones en Camboya
determinaron que 50% de todas las mujeres
que notificaron haber sido maltratadas
habían sufrido lesiones.
La encuesta nacional de Canadá sobre la
violencia contra la mujer reveló que 45% de
los incidentes de agresión conyugal
produjeron lesiones, y de las mujeres
lesionadas, 40% fueron atendidas
posteriormente por un médico o una
enfermera.

Lesiones durante el embarazo
Las investigaciones recientes han
identificado a la violencia durante el
embarazo como un riesgo a la salud tanto de
la madre como del feto no nacido. Las
investigaciones sobre este rubro han
indicado mayores niveles de diversas
condiciones.
En un estudio de tres años de 1.203 mujeres
embarazadas en los hospitales en Houston y
Boston, en Estados Unidos, el maltrato
durante el embarazo fue un factor
significativo de riesgo de bajo peso al nacer,
poco aumento de peso materno, infecciones
y anemia.

Lesiones a los niños
Los niños en las familias violentas pueden
también ser víctimas de maltrato. Con
frecuencia, los niños se lastiman mientras
tratan de defender a sus madres.
En un estudio de mujeres maltratadas en
Bogotá, Colombia, 49% informaron que sus
hijos también habían sido golpeados.

Embarazo no deseado y a temprana edad
La violencia contra la mujer puede producir
un embarazo no deseado, ya sea por
violación o al afectar la capacidad de la
mujer de negociar el uso de métodos
anticonceptivos. Por ejemplo, algunas
mujeres pueden tener miedo de plantear el
uso de métodos anticonceptivos con sus
parejas por temor de ser golpeadas o
abandonadas.
Los adolescentes que son maltratados o que
han sido maltratados como niños, tienen
menos probabilidad de desarrollar un
sentido de autoestima y pertenencia que los
que no han experimentado maltrato. Tienen
mayor probabilidad de descuidarse e incurrir
en comportamientos arriesgados como tener
relaciones sexuales en forma temprana o sin
protección. Un número creciente de estudios
indica que las niñas que son maltratadas
sexualmente durante la niñez tienen un
riesgo mucho mayor de embarazo no
deseado durante la adolescencia.
Un estudio de los Estados Unidos determinó
que las mujeres que experimentan maltrato
sexual durante la niñez tienen tres veces más
probabilidad que las jóvenes no victimizadas
de quedar embarazadas antes de los 18 años.
Este riesgo mayor de embarazo no deseado
acarrea muchos problemas adicionales. Por
ejemplo, está bien documentado que la
maternidad durante la adolescencia
temprana o media, antes de que las niñas
estén maduras biológica y psicológicamente,
está asociada con resultados de salud
adversos tanto para la madre como para el
niño. Los lactantes pueden ser prematuros,
de bajo peso al nacer o pequeños para su
edad gestacional.
Cuando se produce un embarazo no
deseado, muchas mujeres tratan de resolver
su dilema por medio del aborto. En los
países en que el aborto es ilegal, costoso o
difícil de obtener, las mujeres pueden
recurrir a abortos ilegales, a veces con
consecuencias mortales.
En un estudio en Bombay, India, 20% de
todos los embarazos de adolescentes que
buscaron hacerse un aborto se debieron a
coito forzado, 10% por violación de un
sirviente doméstico, 6% por incesto y 4%
por otros tipos de violación.
ETS incluyendo la infección por el
VIH/SIDA
Como sucede con los embarazos no
deseados, las mujeres son vulnerables a
contraer enfermedades de transmisión sexual
(ETS) porque no pueden negociar la
protección.
En Tailandia, los investigadores
determinaron que una de cada diez víctimas
de violación había contraído una ETS como
resultado del ataque.
La mujer con ETS tiene mayor riesgo de
complicaciones durante el embarazo, como
es el caso de la septicemia, el aborto
espontáneo y el nacimiento prematuro.
Algunas ETS aumentan además la
vulnerabilidad de una mujer al virus del
VIH. La agresión sexual violenta también
puede aumentar el riesgo porque el desgarre
consiguiente del delicado tejido de la vagina
facilita la entrada del virus a la corriente
sanguínea. Con la infección del VIH/SIDA,
las consecuencias son generalmente
mortales para la mujer, y posiblemente
también para sus hijos.

Vulnerabilidad a las enfermedades
Si se comparan con las mujeres no
maltratadas, las mujeres que han sufrido
cualquier tipo de violencia tienen mayor
probabilidad de experimentar una serie de
problemas de salud graves.
Las investigaciones en Noruega revelaron
que el dolor pelviano crónico está asociado
significativamente a una historia de
violencia en el hogar.
Un estudio importante en Estados Unidos
determinó que haber sido víctima de
maltrato en la niñez o de delitos violentos
duplicaba la probabilidad de que una mujer
padezca de problemas menstruales graves,
enfermedades de transmisión sexual o
infección de las vías urinarias; la violencia
en el hogar triplicaba su probabilidad.
Otras investigaciones de Estados Unidos han
indicado que los pacientes que sufren del
síndrome de intestino irritable, comparado
con las que tienen la enfermedad
inflamatoria del intestino, de menor
gravedad, tenían mayor probabilidad de
haber padecido trauma sexual grave,
maltrato sexual grave en la niñez o alguna
forma de victimización sexual.
Se ha sugerido que la mayor vulnerabilidad
de las mujeres maltratadas se puede deber en
parte a la inmunidad reducida debido al
estrés que provoca el maltrato. Por otra
parte, también se ha responsabilizado al
autodescuido y a una mayor proclividad a
tomar riesgos. Se ha determinado, por
ejemplo, que las mujeres maltratadas tienen
mayor probabilidad de fumar que aquellas
sin antecedentes de violencia.